¿Mi hijo tiene TDAH?

El Trastorno de Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH), es el trastorno del neurodesarrollo más frecuente en la infancia, afectando entre un 3-7% de la población infanto-juvenil. Esto equivale a cifras de uno o dos niños por aula.

Debido a que los sistemas de atención y conducta maduran hacia los 6-7 años de edad, el TDAH comienza a revelarse durante el primer ciclo de la Educación Primaria. Aunque la sospecha de que un niño padece un TDAH suele surgir en el ámbito escolar, con frecuencia los primeros signos ya se manifestaban en el contexto familiar.

En los últimos años, se habla de un sobrediagnóstico del TDAH, por ello la importancia en identificar qué comportamientos son propios de esta condición, así como con qué dificultades se suele confundir.

¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene TDAH?

El TDAH se caracteriza principalmente por tres síntomas: la inatención o dificultad para prestar atención y concentrarse; la hiperactividad o nivel superior e inapropiado de actividad, y la impulsividad o dificultad en controlar sus conductas, comportamientos y emociones.

Se debe tener en cuenta que no todos los niños con TDAH manifiestan los mismos síntomas ni con la misma intensidad. Por lo tanto, se habla de tres categorías en función de qué rasgos son más predominantes:

Tres rasgos para identificar el TDAH

  • Cuando es principalmente inatento: es un niño que se distrae con facilidad, parece que no te escucha cuando le hablas directamente y que, a menudo, olvida o pierde cosas. Se suele desconcentrar con ruidos o estímulos irrelevantes, normalmente en tareas poco atractivas para él, aunque en ocasiones también puede darse en actividades que le motivan. A menudo, se le suele etiquetar como un niño “poco inteligente” o “vago”, pues se caracteriza por olvidar anotar cosas en la agenda, llevar los deberes incompletos o ser desorganizado en sus tareas. De hecho, suele evitar o rechazar aquello que le requiere un esfuerzo en mantener la concentración mucho tiempo.
  • Cuando es principalmente hiperactivo-impulsivo: se trata de un niño que le es difícil mantenerse mucho tiempo sentado por lo que se mueve y balancea en exceso en la silla. Corre o salta en situaciones inadecuadas, le cuesta mantener los turnos de palabra y suele responder a las preguntas precipitadamente. Acostumbra a evitar jugar o hacer tareas tranquilas, y necesita cambiar de actividad continuamente. Se les etiqueta con bastante frecuencia como niños “disruptivos” o “poco disciplinados”, pues preocupa la aparición de conductas agresivas derivadas de su impulsividad y su dificultad en anticipar las consecuencias de sus actos.
  • Cuando es combinado: puede darse el caso en que el niño integre características de ambas categorías, provocando dificultades a nivel académico, emocional y familiar.

 ¿Qué no es TDAH?

Si bien es necesario conocer el trastorno y peculiaridades, más importante aún es reconocer qué no lo es y con qué se confunde comúnmente.

  • Los problemas académicos de lecto-escritura como la dislexia, de cálculo o de comprensión, a menudo son confundidos con los síntomas de TDAH. Por otro lado, cuando nos encontramos con un niño con un cociente intelectual bajo en un aula que no se adapta a su condición, puede que tenga comportamientos de inatención y de pérdida de interés. Actitudes que también suelen tomar niños con Altas Capacidades, y que se asocian más frecuentemente al TDAH.
  • Los miedos y el bajo estado de ánimo cursan en la infancia y adolescencia con síntomas de enfado e irritabilidad, y en ocasiones pueden interferir con la atención y la concentración, lo que conlleva diagnósticos de TDAH erróneos.Las  actitudes desafiantes, agresividad y discusiones con los adultos o figuras de autoridad como puede ser el contexto educativo, son comportamientos que aparecen también en el TDAH, aunque no tienen por qué ir acompañados de dificultades de atención, provocando en ocasiones un mal diagnóstico.

Si sospecha que su hijo pueda tener síntomas que cuadren con el Trastorno de Déficit de Atención, no dude en buscar orientación y ayuda de profesionales. En Ohana Psicología ofrecemos servicios de Evaluación y Atención Psicoeducativa, con el objetivo de obtener información de las fortalezas y debilidades que presente su hijo y desarrollar un plan de tratamiento ajustado a sus necesidades.

IGUALDAD DE GÉNERO

En coherencia con el valor asumido de la igualdad de género, todas las denominaciones que en este documento hacen referencia a personas y se efectúan en género masculino, cuando no hayan sido sustituidas por términos genéricos, se entenderán hechas indistintamente en género femenino o masculino, según el género de la persona que los desempeñe.

En Ohana Psicología contamos con un grupo de psicólogas expertas en todo tipo de terapias y ofrecemos servicios de supervisión psicológica profesional a psicólogos.

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