que es el apego

¿Cómo te relacionas con los demás? El Apego: Qué es y de qué tipos

El Apego es una conexión o lazo afectivo que desempeña un papel fundamental a lo largo del ciclo vital de las personas. Está muy relacionado con los estilos de crianza, ya que se constituye con las interacciones que niño experimenta con sus primeras figuras de referencia (personas de apego), es decir, con las personas que lo cuidan (sus cuidadores: madre, padre, familiares…)

La proximidad, la empatía, la disponibilidad y seguridad que el niño percibe y encuentra en sus cuidadores ante situaciones de amenaza determinará el tipo de apego de la persona en su etapa adulta.

¿Cómo se forma el apego?

El psicólogo británico John Bowlby sostiene que el desarrollo de apego tiene lugar en cuatro etapas o fases:

  • Fase de preapego: Se inicia en el nacimiento y alcanza hasta las seis primeras semanas. En esta etapa, el niño únicamente realiza conductas reflejo que tienen una función biológica de supervivencia. En esta etapa no se muestra un vínculo de apego propiamente dicho.
  • Fase de formación de apego: Abarca desde las seis semanas hasta los seis meses de edad. En esta fase, el niño orienta su conducta hacia la madre de una manera más clara, pero no muestra ansiedad cuando se separa de ella.
  • Fase de apego propiamente dicha: Este periodo se extiende desde los 6-8 meses de edad hasta los 18-24. El niño suele mostrar ansiedad y enfado cuando se le separa de su madre. La mayoría de las conductas que realiza tienen como objetivo atraer la atención de su madre.
  • Formación de relaciones recíprocas: En esta fase abarca de los 18-24 meses en adelante y es en la que aparece el lenguaje y la capacidad de representar mentalmente a su madre. El niño comienza a entender que su desaparición, la de la madre es temporal, por lo que la ansiedad disminuye.

tipos de apego

El vínculo de apego toma los siguientes tipos

APEGO SEGURO

Cuando la base del vínculo es un equilibrio entre la protección y la autonomía del niño con sus cuidadores. Sin embargo, cuando este vínculo no proporciona la seguridad emocional necesitada, la persona desarrolla un modo de apego diferente: el apego inseguro. Y dentro de este tipo encontramos las siguientes variaciones:

APEGO (INSEGURO) AMBIVALENTE-RESISTENTE

Este estilo de apego se caracteriza por miedo y temor al abandono de la figura de apego, produciendo ansiedad y gran malestar a la persona que lo padece.

Características en la crianza que pueden dar lugar a este estilo de apego

  • Los padres pueden mostrarse de manera incoherente con los hijos. Por ejemplo, pueden ser extremadamente exigentes y permisivos a la vez.
  • Las figuras de referencia pueden ser ansiosas.
  • El amor que manifiestan hacia los hijos es condiciona, es decir, depende de lo que hacen y no de lo que son.
  • Expresan dudas o críticas negativas a sus hijos sobre ellos mismos

Las personas adultas con estilo de APEGO AMBIVALENTE-RESISTENTE, a menudo…

  • Sienten una gran preocupación por estar solas y por evitar que sus relaciones desaparezcan o fracasen.
  • Suelen establecer relaciones de dependencia y tóxicas con las personas con las que conviven o comparten su tiempo.
  • Sienten miedo al rechazo y se muestran hipervigilantes.
  • Presentan un concepto inestable de sí mismos y poseen escasas estrategias para regularse.

APEGO (INSEGURO) EVITATIVO

Este estilo de apego se caracteriza por el rechazo al establecimiento de relaciones interpersonales profundas y la dificultad de confiar en los demás. Son, por lo general, personas con alto grado de independencia y fríos emocionalmente.

Características en la crianza que pueden dar lugar a este estilo de apego

  • Los padres no se han convertido en una base segura para el niño. Quizá no atendieron las necesidades de sus hijos y éstos han aprendido a resolverlas solos y “a no contar con nadie”.
  • Padres poco afectivos, fríos emocionalmente y estrictos.

Las personas adultas con estilo de APEGO EVITATIVO, a menudo…

  • Tienen una percepción positiva de sí mismos y negativa para los demás: “Yo me valgo por mí mismo”
  • Tienden a ser desconfiados y a evitar acercamientos e intimidad en sus relaciones. Suelen tener miedo al compromiso.
  • Se muestran incómodos con la expresión emocional y las manifestaciones de afecto en las relaciones interpersonales.
  • Sueles preferir el distanciamiento emocional, acaso como modo de protección: “Así no pueden hacerme daño”.

APEGO (INSEGURO) DESORGANIZADO-DESORIENTADO

Este estilo de apego se caracteriza por el miedo y temor al comportamiento impredecible de la figura de apego, quien actúa normalmente de manera hostil y agresiva, aunque a veces sí cubre las necesidades del niño

Características en la crianza que pueden dar lugar a este estilo de apego

  • Lo padres han reaccionado siempre de manera ambigua, impidiendo al niño predecir su comportamiento. En ocasiones han cubierto sus necesidades, pero en la mayoría de ellas reaccionando de manera agresiva.
  • Los niños buscan el acercamiento, pero intentando no desatar reacciones hostiles por parte de sus figuras de apego.
  • Las figuras de apego carecen de regulación emocional y suelen reaccionar de manera desmesurada ante las necesidades o peticiones de los hijos.

Las personas adultas con estilo de APEGO DESORGANIZADO-DESORIENTADO, a menudo…

  • Pueden expresar fuertes explosiones de ira y otras emociones.
  • Suelen responder de manera agresiva, ya que es el modo de afrontamiento que han aprendido.
  • Suelen mostrar bajos niveles de autoestima.
  • Acostumbrados a reprimir sus emociones y a hacer grandes esfuerzos por no enfadar a la figura de apego, como adultos suelen tener dificultades para comprender los límites y los derechos.

¿Cómo podemos favorecer el desarrollo del APEGO SEGURO?

1. Establecer normas y límites bien definidos a nuestros hijos

Los niños necesitan normas, ya que el mundo funciona a través de normas y muchas de ellas son inamovibles, esto es, no pueden negociarse. Por tal razón, es importante ayudar a que los hijos las interioricen, es decir, incorporando normas en la educación que se les transmite, pero sin olvidar que unas son negociables y otras muchas no lo son.

2. Favorecer la comunicación y el diálogo con nuestros hijos

Nada debe hacerse “porque sí” ni “porque yo lo digo”, sin antes haber explicado lo que nos motiva a poner una norma. El diálogo es parte esencial de una educación en valores, pues permite que el menor reflexione sobre su comportamiento, pueda establecerse una puesta en común de sentimientos y emociones entre adulto y el menor sobre lo sucedido.

3. Mostrar y ofrecer afecto con nuestras palabras y gestos

Un buen desarrollo afectivo sostenido en gestos, caricias y palabras que alimentan la autoestima del niño; también en miradas a los ojos en las que se perciban la grandiosidad y la aceptación de quien nos mira. Incluso en los momentos en los que se hace necesario poner un límite o hacer una censura a una conducta.

4. “Sancionamos conductas, no personas”

Nuestro hijo debe saber qué es lo que ha hecho, qué es lo que está mal, pero sin que ello genere una calificación negativa hacia su identidad. Como padre y madre debemos aclarar el comportamiento que no nos ha gustado. Es muy diferente decir: “no me ha gustado que grites a la abuela” con tono firme, que decir: “eres malo, a la abuela no se le grita” a la vez que se acompañan las palabras con emociones de rabia, dolor y rechazo. La primera, sanciona una conducta, la segunda, ataca a la identidad del niño: “eres malo”. Es indispensable que cuidemos la comunicación y mostremos siempre afecto y aceptación, incluso y sobre todo, cuando censuremos o sancionemos algo.

5. Trabajemos nuestro malestar emocional

Los patrones de apego tienden a transmitirse de padres a hijos mediante la imitación o el modelado. También los miedos irracionales y patológicos de los padres pueden ser transferidos a sus hijos al interactuar con él. De ahí, la importancia de conocernos y “trabajarnos” para mejorar.


Con este escrito hemos querido dar a conocer eso que se conoce como APEGO, cómo se crea, qué tipos o modos de apego pueden desarrollarse, qué características de las crianzas parecen construirlos y qué posibles efectos pueden apreciarse en la edad adulta.

En el Centro Ohana Psicología estamos especializadas en maternidad, desarrollo evolutivo de nuestros menores y estilos de crianza. Si quieres o necesitas saber más sobre cómo trabajamos, por favor, no dejes de ponerte en contacto con nosotras.

IGUALDAD DE GÉNERO

En coherencia con el valor asumido de la igualdad de género, todas las denominaciones que en este documento hacen referencia a personas y se efectúan en género masculino, cuando no hayan sido sustituido por términos genéricos, se entenderán hechas indistintamente en género femenino o masculino, según el género de la persona que los desempeñe.

En Ohana Psicología contamos con un grupo de psicólogas expertas en todo tipo de terapias y ofrecemos servicios de supervisión psicológica profesional a psicólogos.

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