En los últimos años, la importancia de la salud mental ha crecido de manera significativa. Situaciones como la pandemia o la exposición constante a redes sociales han llevado a que muchas personas hablen abiertamente sobre ansiedad, depresión y bienestar psicológico, despertando un interés social por la salud mental.
No obstante, toda luz tiene su parte de sombra, y este interés ha traído consigo un riesgo: el auge de pseudoterapias, el coaching sin formación y los libros de autoayuda sin respaldo científico. Estas alternativas se caracterizan por prometer resultados rápidos y sencillos. Surge entonces la siguiente pregunta: ¿realmente funcionan?
La psicología, una ciencia basada en evidencia
Las terapias psicológicas se diseñan y aplican en contextos clínicos reconocidos por organismos internacionales como la American Psychological Association (APA) o la Organización Mundial de la Salud (OMS). No se fundamenta en las creencias personales, sino que se basan en tres pilares:
- La investigación empírica: basada en la observación directa y en la recopilación de datos medibles.
- La replicabilidad: los resultades pueden repetirse en condiciones similares.
- La validez de resultados: los resultados realmente miden lo que afirman medir.
¿Por qué triunfan las pseudoterapias?
- Prometen rapidez para resolver problemas complejos.
- Utilizan un lenguaje motivador e inspirador.
- Aprovechan la necesidad de resultados inmediatos, en un contexto donde “¡queremos soluciones ya!”.
En un episodio del pódcast del psicólogo Nacho Coller, llamado “Psicología para ir tirando”, se menciona la frase “No hay mejor negocio que vender a gente desesperada un producto que asegura eliminar la desesperación”. Y es que, realmente, vivimos en una sociedad en la que buscamos que nos den la solución a nuestras dificultades como si pudieran resolverse con un toque de varita mágica.
En este sentido, es fundamental recordar que las pseudoterapias no sustituyen un tratamiento psicológico cuando existe un problema de salud mental. En casos de depresión severa, ansiedad o trauma, su uso pueden incluso retrasar la intervención adecuada, restar credibilidad al verdadero profesional y agravar el malestar.
Libros de autoayuda
Los libros de autoayuda son cada vez más populares. Sus títulos suelen prometer fórmulas universales para alcanzar la felicidad en siete pasos o transformar la vida a través de hábitos sencillos. Cuando en realidad, sabemos que, los cambios se dan poco a poco y con esfuerzo.
Desde la psicología, se reconoce que estos libros pueden cumplir funciones útiles como motivar en momentos de estancamiento o favorecer el autoconocimiento. Pero también pueden generar la ilusión de autosuficiencia, haciendo creer que la felicidad depende únicamente del esfuerzo individual, sin considerar otros factores externos (sociales, relacionales o económicos) que influyen en el bienestar.
Por eso, es importante verificar la formación del autor que escribe el libro, si son psiquiatras o psicólogos, y si cuenta con respaldo científico. Pueden ser útiles como complemento, pero no como sustituto de la terapia profesional. Sería irónico comprarse un libro de anatomía escrito por un ingeniero mecánico sin formación médica; del mismo modo, ¿ponemos en duda un libro del ámbito psicológico escrito por alguien sin la formación adecuada?
Cierto es que, en el área de la salud mental, sí que se trabaja con este tipo de libros e incluso novelas y otros recursos audiovisuales. En Ohana Psicología, contamos con una gran variedad de libros que pueden servir de ayuda para complementar o para abordar ciertas áreas dentro de los procesos terapéuticos de cada persona. Son un material valioso, siempre y cuando, estén recomendados o escritos por un profesional, y se utilicen para acompañar un proceso de terapia, no para sustituirla.
Así que, sí, los libros pueden inspirar y orientar, pero el trabajo terapéutico ocurre en un espacio seguro, guiado por evidencia científica y por un profesional cualificado.
Equipo Ohana Psicología y Atención Psicoeducativa
IGUALDAD DE GÉNERO
En coherencia con el valor asumido de la igualdad de género, todas las denominaciones que en este documento hacen referencia a personas y se efectúan en género masculino, cuando no hayan sido sustituido por términos genéricos, se entenderán hechas indistintamente, según el género de la persona que los desempeñe.



