Importancia de los valores (ociales) en la psicoterapia

Los valores, o principios sociales, no solo guían el comportamiento y las decisiones de los individuos, sino que también desempeñan un papel central en el proceso terapéutico, ayudando a las personas a encontrar dirección y significado en sus vidas. En este texto exploraremos qué son los valores, cuál es su origen, y que efecto o impacto tienen en la vida de las personas y en la sociedad, y, por lo tanto, en los procesos de atención psicológica o de psicoterapia.

Los valores son principios o estándares que guían las acciones y decisiones de las personas. En el campo de la psicología, los valores juegan un papel crucial, ya que influyen en el comportamiento humano, en la toma de decisiones y en el bienestar general. Actúan como una brújula, indicando la dirección, pero no el destino, es decir, dirijo mis acciones acordes a un valor determinado.

Por lo tanto, los valores son los principios o cualidades que te caracterizan y te definen como persona. Enmarcan tanto tus acciones presentes como futuras, son tu guía y el medio para lograr todo aquello que te propones. Es de vital importancia que estén presentes de manera consciente y desde la elección, dado que no solo actúan como marco de acción del comportamiento, sino que proporcionan una estructura para la regulación emocional y para las relaciones interpersonales. En este sentido, algunas preguntas que podemos hacernos van en la línea: ¿conozco mis valores? ¿qué valores comparto con quienes me rodean?  ¿he elegido alguno de estos valores de forma consciente?… Pero antes de entrar en materia, es necesario aclarar la diferencia y relación de los valores con los conceptos de meta y emoción.

Los valores son principios fundamentales y duraderos que guían el comportamiento y las decisiones de una persona proporcionando un marco ético y moral, mientras que las metas son objetivos específicos y medibles que una persona se propone alcanzar, teniendo un principio y un final. Podríamos decir que los valores son direcciones, mientras que las metas son las paradas, objetivos que vamos alcanzando cuando caminamos hacia esa dirección. Ambos son esenciales para una vida equilibrada y satisfactoria, y su alineación es crucial para el bienestar y la realización personal.

También conviene resaltar la relación con las emociones. Las emociones son fluctuantes, aparecen repentinamente como respuesta a un hecho, aportando información puntual; en este sentido, los valores permiten tener una sensación de control interno al haber hecho consciente qué valores te representan como persona. Las emociones aparecen de forma súbita, mientras que los valores están arraigados y son anclaje de seguridad. Aunque son diferentes en su naturaleza y función, interactúan y se influyen mutuamente, es decir, comparten aspectos en común: ambos influyen en el comportamiento y en las decisiones; ambos contribuyen a la identidad personal; ambos están relacionados con el bienestar; y ambos se moldean mutuamente.

Cada persona desarrolla un sistema de valores único, influenciado por una combinación de diferentes factores:

  • La familia. Es el primer y más influyente agente de socialización. Los diferentes miembros inculcan valores a través del ejemplo, la enseñanza directa y la interacción cotidiana.
  • Las instituciones educativas. Juegan también un papel crucial a través del currículo, la interacción con educadores y compañeros, y la participación en diferentes actividades. En este contexto se pueden aprender valores como el respeto, la responsabilidad, la honestidad y la solidaridad.
  • La cultura y la sociedad. Moldean los valores de los individuos. Tradiciones, normas sociales y leyes reflejan y refuerzan algunos de ellos. Se transmiten de generación en generación a través de tradiciones, costumbres, arte, religión, lenguaje…
  • Los medios de comunicación. A los que hay que incluir las redes sociales, televisión, cine, literatura y música, pues todos ellos influyen de manera decisiva. Los mensajes transmitidos pueden reforzar, cuestionar o transformar los valores existentes.
  • Amigos, compañeros… Todas estas personas de nuestro entorno contribuyen en diferente medida a la formación y evolución de los valores personales.
  • Y, por último, las experiencias personales. Vivencias y experiencias que igualmente tienen su efecto. A lo largo de la vida, las personas desarrollan y modifican sus valores basándose en momentos significativos, tanto positivos como negativos, y en las reflexiones o interpretaciones que se hacen sobre ellos.

Por todo esto, los valores propios o personales tienen un fuerte impacto en la vida de las personas desde diferentes perspectivas:

  • Influyen en cómo las personas actúan en diversas situaciones, es decir, de alguna manera orientan su comportamiento. Por ejemplo, una persona que valora la honestidad tenderá a ser sincera en sus interacciones.
  • Proporcionan una fuente de motivación interna. Las personas son impulsadas a actuar de manera coherente con sus valores personales.
  • En la toma de decisiones, ayudan a priorizar opciones y elegir el curso de acción que mejor refleje las creencias y objetivos de uno mismo.
  • Vivir de acuerdo con los propios valores se asocia con un mayor bienestar y satisfacción con la vida. La disonancia entre valores y acciones puede llevar a estrés y malestar.
  • Sabemos que cuando las metas, los objetivos y los retos se establecen en coherencia con los valores se incrementa la probabilidad para alcanzarlos.

Integrar los valores personales en cualquier proceso (psico)terapéutico puede mejorar significativamente la efectividad de la intervención, pues en una fuente que promueve el crecimiento personal y el bienestar emocional. Reconocer los valores propios y trabajar con y desde ellos, refuerza el proceso de ayuda que llevan a cabo los psicoterapeutas aumentando la capacidad de autoconciencia, estableciendo objetivos decisivos, mejorando el bienestar emocional y adquiriendo modos eficientes para la resolución de conflictos internos.

La falta de conciencia sobre nuestros valores y la incoherencia en actuar de acuerdo con ellos puede conllevar consecuencias indeseadas en nuestra vida personal y relaciones, como puede ser confusión, falta de sentido de nuestras acciones, baja autoestima, desconfianza en uno mismo, relaciones interpersonales tensas y plagadas de malentendidos, conflictos y/o desconfianzas, pudiendo desembocar en aumentos de estrés, ansiedad, insatisfacción, etc.

Para terminar, es necesario resaltar la importancia que, para un proceso psicoterapéutico, tiene la consideración base de los valores personales a lo largo de la terapia.

  • No basta con saber los valores del paciente a nivel conceptual, sino la repercusión que tienen en su día a día, en sus decisiones e interpretaciones.
  • Pueden ser útiles como herramienta de motivación al cambio, esto es, para que se involucre de manera activa al conectar las pautas que se dan con algún punto de los valores del paciente.
  • Por otro lado, es importante también tener presente que un paciente no va a hacer algo por muy terapéutico que sea si transgrede una parte importante de sí mismo, y si lo hace, pueden aparecer sentimientos de culpa o autocrítica.

 

El objetivo de la psicología no es acabar con el dolor o el malestar, tiene más que ver con descubrir lo que de verdad valoramos, a fin de poder construir una vida con sentido y propósito que conduzca a nuestro bienestar.

 

En Ohana Psicología trabajamos para acompañar a las personas a descubrir sus valores y llegar a profundos niveles de autoconocimiento que les permita conectarse a si mismos y actuar con la mayor coherencia posible a los mismos a fin de lograr un mayor control interno y una mayor satisfacción vital.

IGUALDAD DE GÉNERO

En coherencia con el valor asumido de la igualdad de género, todas las denominaciones que en este documento hacen referencia a personas y se efectúan en género masculino, cuando no hayan sido sustituido por términos genéricos, se entenderán hechas indistintamente, según el género de la persona que los desempeñe.

En Ohana Psicología contamos con un grupo de psicólogas expertas en todo tipo de terapias y ofrecemos servicios de supervisión psicológica de psicólogos profesionales.

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