El síndrome del impostor

¿Qué es exactamente el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es un problema psicológico muy extendido en la actualidad. En él la persona cree que no es merecedora de sus logros, siente que es un impostor y un fraude en su propia vida. Vive con miedo a ser descubierta por los demás, sintiendo que todo lo que ha conseguido es fruto de la suerte, el azar o la gentileza de los demás. Sentirse de esta manera puede provocar una parálisis en su vida, lo que confirma sus creencias de “no puedo hacer esto”, “no me merezco esto”, “¿de verdad tengo derecho a esto?”.

Esta problemática cada vez ha ido adquiriendo una mayor importancia en nuestra sociedad desde que se acuñó el término “síndrome del impostor”. Esto se encuentra relacionado con el culto a la eficiencia que existe en la actualidad, donde para sentirse valorado es necesario ser eficiente. Esto se define en la creencia que existe de que conseguir el éxito en la vida es una garantía de conseguir también amor y cariño.

Posibles causas del síndrome del impostor

Existen multitud de motivos por las que una persona puede dudar de sus logros y sentir que no es merecedora de sus éxitos.

A continuación, se van a mencionar las principales causas que se han relacionado con este síndrome, pero no hay que entenderlas como hechos aislados, ya que en muchas ocasiones se encuentran conectadas entre sí:

  • La dinámica familiar que se ha dado en la infancia. Cuando somos niños aprendemos a cómo relacionarnos con el mundo, a entender qué es lo que se espera de nosotros y a predecir cómo se van a comportar los demás; aprendemos también a cómo comportarnos y a cómo reaccionan los demás en consecuencia. Un ejemplo de esto sería el cómo reaccionan los padres de un niño ante un suspenso y ante un sobresaliente o qué expectativas ponen en sus hijos y cómo se las comunican.
  • Los estereotipos presentes en la sociedad contribuyen significativamente al síndrome del impostor. Estas expectativas y normas sociales pueden hacer que una persona sienta que no cumple con lo que se espera de ella, creando una barrera que dificulta el reconocimiento de sus propios logros y habilidades. Los estereotipos pueden basarse en el género, la edad, la cultura o la clase social, y cada uno de estos puede influir en cómo una persona percibe su propio valor y competencia.
  • La presencia de unas expectativas desajustadas asociadas a una alta autoexigencia hace que para las personas sea muy difícil conseguir los resultados deseados, lo que puede llevar a una decepción y a dudar de uno mismo.
  • Una baja autoestima. Esto se relaciona con la tendencia a atribuir los éxitos a hechos externos, como la suerte, en lugar de a las propias habilidades y al esfuerzo.

La trampa mental

El síndrome del impostor está rodeado de una trampa mental. Aunque estas personas alcancen el éxito o el resultado que esperan, no lo sienten como un logro propio o fruto de sus capacidades. Suelen atribuirlo a causas externas o minimizan su importancia. Sin embargo, cuando algo no se ajusta a las expectativas que tienen, se concentran solo en los aspectos negativos de su trabajo y se culpan por no haberlo hecho de manera perfecta.

Este síndrome es una combinación de autocrítica, de duda hacia uno mismo y de miedo a fracasar.

Síntomas del síndrome del impostor

El síndrome del impostor no es un trastorno ni una enfermedad, sino que es un problema psicológico al que se denomina síndrome porque está formado por una serie de síntomas que lo caracterizan. Los más frecuentes son; la creencia de no merecer los logros obtenidos, una insatisfacción con los resultados, desconfiar de las propias capacidades, temor a ser descubierto como un fraude, unas expectativas de fracaso y, la presencia de emociones desagradables como tristeza y ansiedad.

En el ámbito laboral también se suele observar junto con este síndrome el burnout, ya que se destina una gran cantidad tiempo y recursos para lograr los resultados deseados, sin cometer ningún error y con el miedo a que alguien se dé cuenta de que es un impostor. Esto genera una gran cantidad de estrés que desemboca en un fuerte agotamiento. También se suele observar una procrastinación de las tareas, ya que, como ya se ha mencionado anteriormente, el síndrome del impostor puede llevar a una paralización. Se deja de realizar tareas por miedo a confirmar las creencias ser fraude y no ser merecedor. Esto implica para la persona perder oportunidades y decepcionar al entorno, lo que provoca entrar en una espiral que confirma esas creencias.

¿Cómo podemos afrontarlo?

Un buen comienzo es permitirnos dudar de nosotros mismos, sostener la emoción que nos provoca esta inseguridad, y aceptar que es normal sentirse así a veces, pero tenemos que aprender a ajustarnos nuestra realidad. Para ello es importante aprender a reconocer los méritos que uno logra y su propia valía, empezando por establecer unas metas realistas y alcanzables.

Mejorar el cómo nos hablamos a nosotros mismos, poner en marcha la autocompasión y ser amable con uno mismo cuando cometemos un error o los resultados no salen como esperábamos.

Aprender que equivocarse no es sinónimo de fracasar; el éxito y el fracaso no son términos absolutos, sino relativos. No existe una definición universal para ambos, sino que los definimos cada persona de manera individual, mirándolo desde la lupa de nuestras experiencias pasadas y de nuestras expectativas y, entre ambos términos hay multitud de posibilidades.

Desde Ohana Psicología contamos con un grupo de psicólogas que te pueden ayudar a tratar con el síndrome del impostor. Este síndrome puede interferir en tu día a día y provocarte grandes dificultades. Si es tu caso, nuestras profesionales pueden ayudarte, trabajareis juntos en la autoestima, en la creación de unas expectativas más ajustadas, en la autoexigencia y en la inseguridad que pueden estar manteniendo el síndrome del impostor.

IGUALDAD DE GÉNERO

En coherencia con el valor asumido de la igualdad de género, todas las denominaciones que en este documento hacen referencia a personas y se efectúan en género masculino, cuando no hayan sido sustituido por términos genéricos, se entenderán hechas indistintamente, según el género de la persona que los desempeñe.

En Ohana Psicología contamos con un grupo de psicólogas expertas en todo tipo de terapias y ofrecemos servicios de supervisión psicológica de psicólogos profesionales.

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