La trampa de la productividad: Cómo el ritmo acelerado nos lleva al agotamiento
Vivimos en un mundo que nos impulsa constantemente a hacer más: más horas de trabajo, más tareas por completar, más metas que alcanzar…
La productividad se ha convertido en una especie de estándar, una manera de demostrar lo que valemos. En la sociedad cada vez está más establecido que para aprovechar tu tiempo de manera “correcta” siempre hay que estar haciendo algo. Concretamente, siempre hay que estar haciendo algo que pase el filtro de lo que la sociedad entiende como útil.
En muchos casos, esta presión por estar en constante actividad puede llevarnos a lo que hoy en día se conoce como burnout o agotamiento extremo.
¿Qué significa ser productivo?
Ser productivo hace referencia a trabajar cumpliendo los objetivos diarios a través de una adecuada gestión del tiempo y de los recursos disponibles. Sin embargo, en la sociedad, ser productivo suele asociarse con hacer muchas cosas, pues hay veces que creemos que nuestra valía está directamente relacionada con la cantidad de trabajo que conseguimos sacar adelante. Esta asociación puede llegar a originar, como consecuencia, una obsesión por la productividad que pasará factura a nuestra salud no sólo física, sino también mental.
El desarrollo del concepto de productividad
Antes, se valoraba mucho el «trabajo bien hecho» y la eficiencia en las tareas. Sin embargo, actualmente parece que ser productivo no solo significa hacer muchas cosas, sino también hacerlo en el menor tiempo posible y sin descanso. Esta obsesión por la productividad y por mostrar nuestro valor, lleva a muchas personas a sobrecargarse de tareas, sacrificando tiempo para estar con su entorno social, para descansar o para disfrutar de actividades agradables.
El burnout es el síndrome que resulta de esta sobrecarga mantenida: Un estado de agotamiento extremo, tanto físico como emocional, que ocurre cuando las demandas superan nuestra capacidad de gestionarlas. A menudo, las personas que sufren de burnout sienten que no tienen control sobre su vida, pierden la motivación y la energía, y pueden incluso desarrollar síntomas de ansiedad o depresión.
Romantizar el agotamiento no es saludable
Hoy en día, vemos que en redes sociales y en algunos entornos laborales, el agotamiento está siendo romantizado. Es común ver publicaciones que aplauden el «trabajo sin descanso», el «no dormir para lograr tus metas» o el «esfuerzo constante como pieza clave del éxito». Aunque el esfuerzo y la dedicación son importantes, estas actitudes pueden llevar a una falsa creencia: si no estás constantemente trabajando o siendo productivo, entonces no estás logrando lo suficiente. Lo realmente cierto es que agotamiento no es un símbolo de éxito, sino una señal de que algo no está funcionando bien.
La importancia del descanso y la desconexión
El descanso es esencial para poder estar en funcionamiento. Nuestros cuerpos y mentes necesitan tiempo para recuperarse de los esfuerzos. Respetando nuestros descansos seremos más eficaces, gestionaremos mejor el estrés y tomaremos decisiones más acertadas.
Si estamos constantemente agotados, no solo perdemos la capacidad de ser productivos, sino que nuestra salud se verá seriamente afectada.
Algunas ideas sobre cómo cambiar nuestra relación con la productividad:
- Redefinir la productividad: La verdadera productividad no se mide sólo en cantidad de tareas realizadas y completadas, sino en la calidad de lo que ejecutamos y en cómo nos sentimos al llevarlas cabo.
- Establecer límites claros: Aprender a decir «no» es esencial para evitar sobrecargarse de responsabilidades innecesarias o incluso necesarias, pero de las que no podemos hacernos cargo en un momento dado.
- Priorizar el autocuidado: Dedicar tiempo a nuestras necesidades emocionales y físicas no es una opción, es una necesidad para mantenernos saludables.
- Aceptar que el descanso también es productivo: Tomarse un descanso no es una pérdida de tiempo, sino una inversión en nuestra energía y salud.
Si te sientes identificado con lo que se expone en este texto y crees que estás experimentando el Síndrome de Burnout, acércate a Ohana Psicología y te ayudaremos a gestionarlo.
Ohana Psicología está formado un grupo de psicólogas sanitarias expertas en una amplia diversidad de terapias y ofrecemos asesoría y servicios de supervisión de casos clínicos a otros psicólogos que lo necesitan.
IGUALDAD DE GÉNERO
En coherencia con el valor asumido de la igualdad de género, todas las denominaciones que en este documento hacen referencia a personas y se efectúan en género masculino, cuando no hayan sido sustituido por términos genéricos, se entenderán hechas indistintamente, según el género de la persona que los desempeñe.